Abrí mi ordenador y te volví a
ver con cara y todo… Bueno ya sabes, no con la tuya de siempre, la de la barba
y esas cosas, sino con la que pones cuando te transfiguras que pareces otro,
pero eres Tú… No con tu túnica y cinto ceñido, sino con la que te pones ahora
que pareces otro, pero eres Tú.
Me escribiste unas palabras… Bueno
ya sabes, no con tu pluma, aquella que usabas en Israel, sino con un teclado y otra
mano que no parece la tuya, pero eres Tú. Me decías que continuara tu labor…
Bueno ya sabes, no me hablabas en tu idioma, sino el que usas para que te
entienda que pareces otro, pero eres Tú.
Hoy tus mensajes atraviesan los
cielos en un “plis plás” y eso es grandioso, pues de pronto vienes de no sé
dónde y te presentas con una frase bonita y alegre. Ya me dijiste que no te
vería nunca, pero eso no es verdad, yo te veo en las esquinas de mi calle, en
la pantalla de mi ordenata, en las palabras de amor que me llegan… ¿Ves? te veo
con mil caras, polifacético por demás, a veces
eres alto, otras bajita y feucha (no te enfades), otras tremendamente guapo…
Hay tantos en ti que siempre pareces otro, pero eres Tú.
Algunos son misioneros de
profesión; otros hacen misión sin ser su profesión y yo en cambio lo menos
parecido a una monja ¡Uy qué va!… Pero me sobran las ganas de hablar sobre ti y
con tu Espíritu, escribir y poder llegar a esas personas no doctas como yo, en
“lenguajes sublimes” (como S. Juan de la Cruz, que no hay quien le entienda).
De todos modos entenderte a veces cuesta un montón y ahora, con tantas
modernidades, peor. ¿Recuerdas aquello de
“Los últimos serán los primeros”? Pues no sé que me pasó que me ponía siempre
la última en la cola del pollo y nunca llegaba… Jajajaja ¿Ves? muchas cosas las entendía así.
Ahora estoy feliz. No dejes que
nadie interrumpa nuestro tiempo, no permitas que me equivoque (como en lo del
pollo) y acércame al mundo “on line” que quiera saber de Ti, ya sabes a mi
estilo… Que no soy Tú, pero eres Tú.
Emma Díez Lobo
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