A mí, me gustaba más la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús que la de un Cristo crucificado, quizás os pase
también a vosotros ¿no?.
Bueno el caso es que aun recibiendo
catequesis de lo que es la Cruz y lo que supone para nosotros, yo seguía
pensando así.... Hasta que Dios tuvo a bien
regalarme un sueño.......
"Estaba en la parroquia en la que
he recibido todos mis sacramentos hasta ahora! y miré al altar del Santísimo
Cristo de la Cruz y no había nada, yo me alegré y pensé que irían a poner otra
imagen. Había más gente y de repente llega Jesús como cuando lo llevaban al
calvario, me miró y meneó la cabeza, sin hablarme me dijo muchas cosas, como
¿tú también?, ¿no me crees?.....
Me sentí mal, rara, no sé ni cómo
explicarlo. El caso es que desperté". Y no me podía quitar de la cabeza
ese sueño. Las catequesis seguían y seguía saliendo el tema de la Cruz, poco a
poco caí en la cuenta que mi rechazo no me dejaba amarla y menos entenderla. Y
como sólo Dios sabe hacer las cosas, cambió mi rechazo por amor.
Estaba deseando poder ir a la Iglesia donde
todo pasó y arrodillarme ante la Cruz y pedir perdón con todo mi corazón. Pero
antes de ir en persona, Dios me regaló otro sueño. “Allí estaba yo, en Santa
Mónica, que así se llama la Iglesia, no estaba sola, llevaba a alguien de la
mano, de corta edad, pero no estoy segura de quién era. Pues allí de rodillas y
emocionadísima como si se me fuese a saltar el corazón, tenía miedo hasta de desmayarme,
vamos como si fuera la protagonista.... Pero al levantar la cabeza y mirar la
Cruz, sentí como un trueno que me atravesaba, caí rostro en tierra,
paralizada, y a la vez sentí que me decía, "Ahora Soy Yo". Y
desperté.
María Soriano
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