miércoles, 23 de abril de 2014

La “hipérbola” del sembrador




        
A mí eso de parábola… Me sonaba a hipérbola, es decir a chino, como no entendía ninguna de las dos…. Hasta que saqué sobresaliente en una y aprobado en otra.

Las cosas de Jesús… “Quien tenga oídos que oiga”, y ¡se queda tan ancho!!!   
Iba un sembrador sembrando su semilla (Jesús expandiendo su Palabra). Parte cayó en el camino y fue pisoteada y la semilla murió -muchos le dieron la espalda y hasta se burlaron de Él-.

Otra parte cayó en pedregal y murió por falta de humedad -otros oyeron pero como el que oye llover y se olvidaron de Él-.

Otra parte cayó entre zarzas y las semillas volvieron a morir porque fueron ahogadas por la maleza -otras gentes escuchaban pero al final sucumbían por falta de fe-  

Pero hubo una parte, bendita parte, que se mezcló con tierra buena y dio su fruto, el ciento por uno. -Son esos cristianos que le siguen, pecan, se arrepienten, le gritan, le agradecen eternamente y se enamoran de su Evangelio con hechos, amor y sonrisas-.  
No importa ser pocos porque la Palabra se hace exponencial; no importa ser muchos porque la Palabra es una lágrima de Dios y tú eres por quien lloró. Para Él tu eres UNO y ÚNICO. Si tú faltas, le falta el mundo…    
Tú y Él juntos hacéis el universo. ¿Sabes cómo te llama? Israel, ¿sabes cómo te aclama?, por tu nombre.

Piensa por un momento lo importantísimo que eres para Dios, tanto que le tienes contigo las 24 horas del día. No dejes de comprometerte con su Evangelio y mantendrás al mal alejado de ti; no dejes que te aparten de su Palabra y cuando las circunstancias sean adversas ¡grítale!, una lágrima tuya es un océano para Él.
No olvides nunca el amor, porque el infinito está compuesto sólo de amor de Dios. No eres una casualidad de la naturaleza, Él quiso que tú nacieras para darte el amor del firmamento.
Ese es Dios. 

   Emma Diez Lobo

      

1 comentario:

  1. Me ha encantado.

    Escrito con palabras llanas claramente lo que es... lo voy a utilizar como material en una catequesis.

    Un abrazo, Loli.

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