miércoles, 7 de octubre de 2015

Sí sé que no soy





Es decir, no soy de los que entran directos por “la puerta grande” y sabéis ¿por qué? Porque Dios te lo va diciendo a lo largo de tu vida.

Ellos son personas escogidas por Dios. Cuando lo pienso detenidamente, veo que no tengo tanta culpa de no estar entre ellos. Han hablado con Dios o con la Virgen como Santa Gema, Bernardet, San Pablo y otros muchos (pero muy pocos).   

Yo no, yo me encuentro entre los llamados y ¡Ya me puedo dar con un canto en los dientes!  

¿Qué si soy menos que ellos? No lo sé. Sé que nacieron porque Dios les necesitaba para el mundo. Yo soy una simple alumna… Afortunada sí (aunque pueda suspender).  
  
¡Claro que ellos lo tienen más fácil! Pero apenas vivieron este mundo aparte de pasarlo fatal. Nosotros en cambio, pertenecemos al club de los “Creced y multiplicaos” o al grupo de los dedicados a Dios en el hombre, pero a cambio amigos, el demonio lo pasa “bomba” tocando su flauta (Amelín se queda corto).  
¿Tendremos menos suerte que ellos? No salimos con moratones de una noche infernal en la habitación, no nos salen llagas dolorosas… Pero ¡Ay Dios! nos jugamos el cielo una y otra vez…  ¡Ufff qué dilema!

¿Dilema? Dios vino por los que “nos encanta la música de Amelín”. (“sólo necesitan médico los enfermos”) y aunque el cielo se nos cierre cada dos por tres, nos da las armas para abrirlo: Esto lo acuñó con su Evangelio y su Cruz. 
   
Sé que NO seremos los elegidos a dedo, pero sí los más importantes, los que vino a buscar para que no se perdieran.  

Dios, ¡Ya no tengo envidia!, pero no me dejes nunca. Ya, ya sé que la “Puerta” siempre estará entreabierta esperándome. 
  
¡Pues a ver si la abro del todo de una vez y me dejo de pamplinas y músicas de “flauta”!


Ya nos vale…     

Emma Díez Lobo  

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