viernes, 29 de abril de 2016

María es la Madre.





Toda madre es transparencia del amor,
es hogar de ternura,
es fidelidad que no abandona,
porque una verdadera madre ama
incluso cuando no es amada.
¡María es la Madre!

En ella, la feminidad no tiene sombras,
y el amor no está contaminado por rebrotes de egoísmo
que aprisionan y bloquean el corazón.

María es la Madre.

Su corazón permanece fielmente
junto al corazón del Hijo
y sufre y lleva la cruz,
y siente en la propia carne
todas las llagas de la carne del Hijo.

María es la Madre,
y sigue siendo Madre:
para nosotros, por siempre.

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