En el Calvario la victoria satánica
parece imponerse, cuando de pronto Dimas, condenado con Jesús, por malhechor,
proclama su Realeza: ¡Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino!
Recordemos que Jesús había dicho a
sus Discípulos que serían la Luz del mundo (Mt 5,14) Dios que repele las
apariencias, escogió a este malhechor, arrepentido, para dar Testimonio de la
Inocencia de Jesús, siendo así la Luz iluminadora, que curó la ceguera de sus
corazones. Luz salvífica, pues como dice Lucas..."Todos se volvieron como publicanos (Lc 18,13)” golpeándose el pecho.
P. Antonio Pavía
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