Posiblemente San Agustín, que se
entregó durante años a dar prioridad a sus sentidos y a los bienes de este
mundo, al buscar y encontrar a Dios que identificó con el deseo imperioso del
salmista y nos lo transmitió en estos términos: "Nos hiciste Señor para
ti, y nuestra alma solo descansará cuando esté en ti".
A lo largo de la historia, todos
buscaron a Dios y se pueden identificar con la mujer del Salmo 45 a la que así
Interpela el Espíritu Santo "Escucha hija, mira y pon atento el oído...el
rey se prendará de tu Belleza (Sl 45,11-12).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

Me ayuda a recordar, en medio de lo diario, dónde descansa de verdad el corazón y a no conformarme con sucedáneos que llenan un rato pero no sostienen. Me lo llevo como una llamada suave a escuchar mejor, a afinar el deseo y a volver, una y otra vez, a lo esencial.
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