ESPÍRITU DEL SEÑOR
Hoy, cuando he leído tu evangelio,
me he sentido como el ciego
al borde del camino.
Me he visto pidiendo limosnas
de reconocimiento,
de aceptación y de cariño.
Me he visto con miedo a que la gente
que pasa tan cerca, no me mire,
y me ignore, como si no existo.
Pero he oído que Tú vienes por el mismo
camino
y, superando mis miedos y vergüenzas,
me he puesto a gritar tu nombre: ¡Jesús!
Y ya no soy el mismo,
ya veo, me veo como soy,
y te veo a Ti
y veo el camino,
y camino contigo.
Javier García
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