Llegada la época estival, el papa Francisco invita a todos los miembros de la Iglesia a aprovechar este tiempo para renovar y profundizar en la relación con Dios, a través del contacto con la Creación y la práctica del descanso, la contemplación y la compasión.
“Aprendamos
a detenernos y apagar el teléfono móvil para cultivar el silencio, contemplar
la naturaleza y regenerarnos en el diálogo con Dios” ha dicho el Santo Padre.
Al mismo
tiempo ha invitado a vivir este tiempo vacacional sin prisas, sin agobios por
querer realizar muchas actividades pendientes que durante el resto del año
hemos dejado aparcadas, y que sólo puede provocar, empezar el nuevo curso con
más cansancio del que se tiene antes del verano.
Descanso y compasión
Francisco
recuerda que Jesús se preocupaba por sus discípulos y no sólo de su cansancio
físico, sino también del cansancio interior, puesto que el Señor “quiere
ponerlos en guardia contra un peligro que está siempre al acecho, también para
nosotros: no caer en la trampa del activismo”.
“Corremos
el peligro de dejarnos llevar por el frenesí del hacer, caer en la trampa del
activismo, en el que lo más importante son los resultados que obtenemos y el
sentirnos protagonistas absolutos” explica el Papa.
El Santo
Padre también afirma que “si aprendemos a descansar de verdad, nos hacemos
capaces de compasión verdadera; si cultivamos una mirada contemplativa,
llevaremos adelante nuestras actividades sin la actitud rapaz de quien quiere
poseer y consumir todo; si nos mantenemos en contacto con el Señor y no
anestesiamos la parte más profunda de nuestro ser, las cosas que hemos de hacer
no tendrán el poder de dejarnos sin aliento y devorarnos”.
“De
hecho, sólo el corazón que no se deja secuestrar por la prisa es capaz de
conmoverse, es decir, de no dejarse llevar por sí mismo y por las cosas que
tiene que hacer, y de darse cuenta de los demás, de sus heridas, de sus
necesidades” subraya el Papa.
“Necesitamos
una ‘ecología del corazón’ compuesta de descanso, contemplación y compasión.
¡Aprovechemos el tiempo estivo para ello! Sigamos el ejemplo de la Virgen, que
cultivó el silencio, la oración y la contemplación, y que se conmueve siempre
con ternura por nosotros, sus hijos”.
Descanso físico y del corazón
El papa Francisco ha
insistido también en que en la Iglesia también hay muchas tareas y muchas
prisas y en el afán por hacer cosas “corremos el riesgo de descuidar a Jesús” y
añade: “no se trata sólo de descanso físico, sino también de descanso del
corazón. Porque no basta ‘desconectar’, es necesario descansar de verdad. Y
para hacerlo, es preciso regresar al corazón de las cosas: detenerse, estar en
silencio, rezar, para no pasar de las prisas del trabajo a las de las
vacaciones”.
Parar la carrera frenética de nuestras agendas
Recuerda
el Santo Padre que Jesús “no se sustraía a las necesidades de la multitud, pero
cada día, antes que nada, se retiraba en oración, en silencio, en la intimidad
con el Padre”, y explica que de su invitación a descansar se deduce que
deberíamos guardarnos “del eficientismo” y parar “la carrera frenética que
dictan nuestras agendas”.
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