Porque
eres imagen de Humildad con mayúsculas, esposa de Dios, Madre de quien nos
salvó la vida. Eres tanto que supera mi conciencia.
Problema:
Cuando intento rezar el Rosario me quedo “frita”, no hay manera de terminar ni
uno; y con eso de que cada día es una cosa y tienes que pensar si es martes o
jueves, me lío, pierdo el Rosario, me equivoco de dedos, vuelvo a empezar y…
¡Zas!, a dormir como los sapos.
Me
dan envidia esas personas que te tienen siempre en su mente, pero ten por
seguro que como Madre y mujer te admiro en lo más profundo. Tus sufrimientos
fueron más grandes que el dolor en sí.
La
tortura y la muerte de un hijo inocente son inconsolables e impensable lo que
pudiste llegar a sentir. ¡Qué horror! Te admiro con gran tristeza. Aquella
mirada entre vosotros, aquellos soldados que no te dejaban acercarte cuando
caía… No, no lo concibo.
Lo
siento tanto… Pero has de saber que la gratitud del mundo hacia ti es infinita;
quisiera que te aparecieras en mis sueños porque necesito tenerte como a tu
Hijo ¡Tienes tanta belleza!
Mira,
vivo en un punto azul del universo, la Vía Láctea, la Tierra, Europa, España,
Madrid ¿Has apuntado mi dirección? No es ninguna broma María, no lo es.
Emma Díez Lobo
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