Jesús exultante de gozo dice al Padre: " Te bendigo Padre, porque has escondido estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños. " En realidad Jesús empleó el término " pequeñuelos ". Así es como llama a sus discípulos de todos los tiempos; a quienes dejando de lado la gloria de este mundo, se abrazan a " estas cosas “...a las " cosas santas " de Dios que nos santifican como leemos en la Escritura: " Los que guarden santamente las cosas santas de Dios, serán santificados por ellas. " (Sb 6,10).
De esto nos habla hoy Jesús; de amar tanto las cosas santas de Dios, depositadas en el Cofre de sus Palabras, que "nos apropiemos de ellas" teniendo así acceso al Misterio de Dios. El problema es que el mundo no soporta a quienes viven abrazados a la Sabiduría de Dios, a sus Palabras, y los desprecian de mil formas...incluso con la persecución.
No nos preocupemos; oigamos lo que Jesús dice a continuación: " Venid a mí los fatigados y despreciados, os enseñaré lo que el mundo nunca podrá dar, ni alcanzar, ni conseguir: ¡El descanso del alma!
P. Antonio Pavía
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