sábado, 7 de octubre de 2023

Partiendo la Palabra Dom. XXVII. T. Ord. En tus manos estoy Señor

 


Jesús se sirve de esta parábola para anunciar su muerte violenta a manos del pueblo escogido; paradoja que supera toda lógica. Israel que suplicaba, lloraba y rezaba sin cesar en el Templo y sinagogas por la venida del Mesías se deshace de Él.

 Nos preguntamos cómo Israel pudo llegar a tamaña aberración. La respuesta nos la da el mismo Jesús al decir a un grupo de judíos: “Sois de vuestro padre el diablo…que es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8, 44). El deseo de Satanás es que todos seamos rehenes de la mentira hasta tal punto de que esta prevalezca sobre Jesús "lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14).

 Con la misma mentira con la que sedujo a Adán y Eva " seréis como dioses " (Gen 3,5) seduce a todo hombre. Sedujo al pueblo de Israel haciéndole ver que podían ir al Templo, sinagoga ... etc., pero que cada cual es dios de sí mismo a la hora de decidir lo que está bien o está mal. Así encontró Jesús al pueblo elegido. De hecho Marcos nos dice que cuando Jesús fue a predicar a la sinagoga de Nazaret…"se maravilló de su falta de fe" (Mc 6,1-6) .

 Visto esto, lo más normal es que Israel se lo quitara de en medio como vemos en el Evangelio de hoy. Evangelio que es eterno, es decir que hoy es para nosotros. De todas formas, sepamos que Jesús, al acoger su muerte, dejo escrito en el Cielo y en la Tierra, que no da a nadie por perdido. A nadie.... ni a ti ni a mí.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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