miércoles, 4 de octubre de 2023

Partiendo la Palabra Un lugar para ti, Señor (II) (Sl 132)

 


Vimos en el texto del lunes una profecía bellísima que enlazamos con esta promesa de Jesús: " Si alguno me ama guardará mi Palabra, y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él. (Jn 14,23).

Promesa, que tristemente es desconocida por muchos que frecuentan la Iglesia. Promesa de infinita belleza y profundidad que hace estallar el alma de júbilo. Promesa que movido por el Espíritu Santo fue proclamada por Isaías: " Dice Dios: " ¿Qué templo vais a edificarme? 

 Pondré mis ojos en el humilde y contrito de corazón que se estremece ante mis palabras” (Is 66,2b). Es una promesa riquísima: Dios provoca el estremecimiento del alma de quienes, como María, guardan su Palabra.

Dios se fija en ellos y prende en sus entrañas su Fuego en forma de un estremecimiento, más divino que humano. Además, al fijarse en ellos, Dios toma en sus manos sus penas y tristezas; es decir que tu vida golpeada, está en sus manos (Sl 10,14)

  

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario