miércoles, 18 de octubre de 2023

Partiendo la Palabra Señor, ¿Dónde Vives? (II) (Sl 84)

 

 Dejamos al fiel israelita con su decisión de dejar de lado a dioses muertos   y buscar al Dios vivo. Si, deseo tan lleno de sabiduría choca con el sentir de los que le rodean, que le preguntan una y otra vez: ¿Dónde está ese Dios vivo?

 Esta es la pregunta de los necios; la de quiénes no pasan de unos servicios mínimos a Dios a quien le marcan una línea roja para que no interfiera en "sus cosas". Nos guste o no está es la realidad imperante hoy y siempre. No nos asustemos; es la realidad con la que se encontró Jesús en Israel.

 Es cierto que asistían al culto y rezos en las sinagogas y el Templo, pero con la superficialidad propia, en general, de quién asiste para cumplir con un deber. Por eso, a un cierto momento, Jesús les dice: "El que me glorifica es mi Padre de quién vosotros decís, es nuestro Dios, sin embargo, no le conocéis." (Jn 8,54b-55).

 Las burlas a este salmista: ¿Dónde está tu Dios ... el Dios vivo?  (Sl 42,3-4) alcanzaron de mil formas a Jesús, y por supuesto a sus discípulos de todos los tiempos...por "su pretensión " de buscar hasta encontrar " al Dios Vivo que abre en sus almas," el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6).  Es tan sublime lo que reciben de Dios, que no se permiten el menor juicio a nadie. Sólo les preocupa ser Luz de Jesús para los demás.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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