miércoles, 14 de febrero de 2024

Partiendo la Palabra De Dios somos (II) (Is 43,1-4)

 


Vimos que Jesús había comparado a sus discípulos con un grano de trigo arrojado en tierra, de donde emerge cargado del fruto que agrada al Padre (Jn 15,8).

  La soledad de estos discípulos de Jesús, no es tal, ya que, igual que El, estamos acompañados por Dios Padre (Jn 16,32) Además, Jesús mismo, al enviar a sus discípulos a predicar el Evangelio les dice, y nos dice: "yo estaré con vosotros todos los días..." (Mt 28,18-20).

  En lo profundo de la tierra, donde el mundo, nos arroja, Dios, como profetiza el salmista  va entretejiendo nuestro discipulado (Sl 139,15-16). Si, al enviarnos a predicar su Evangelio, Jesús día a día, está con nosotros santificando cada palmo de nuestra vida, despreciada igual que la suya. (Jn 15,20).

  Por si fuera poco, Dios que mira con ternura especial a los discípulos de su Hijo, nos mira, ama y cuida...como lo hace una Madre. Lo dice este salmista: "Señor, mi corazón no es ambicioso, no pretendo grandezas... Como un niño destetado en brazos de su madre, así está mi alma en ti." (Sl 131).

 

P. Antonio Pavía

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