lunes, 19 de febrero de 2024

Partiendo la Palabra Señor ¿Qué quieres que haga? (Hch 22,10).

 


Ante la conversión de San Pablo, nos asombramos de su bellísima relación con él Señor Jesús, propiciada por su reacción al oír que le dijo: "Yo soy Jesús a quien tu persigues" (Hech 9,5). La reacción de Pablo fue determinante. No dijo a Jesús: Voy a hacer esto o lo otro. Esto, tarde o temprano se va diluyendo ante el cansancio y las pruebas. Pablo habló a Jesús, como su Señor; por eso le dijo: ¿Qué quieres que haga?

Los fariseos de todos los tiempos, deciden según sus criterios, lo que van a gustar hacer por Dios; los discípulos de Jesús se abren a lo que Él quiere de ellos y como verdaderos hijos de María le dicen: Hágase en mí, lo que de mi quieres. Pablo intuyó en unos segundos eternos, que su relación con Jesús debía de tener el sello de los que "escuchan y guardan sus palabras" (Jn 14,23). Solo así, Él podría ser su Maestro y su Buen Pastor.

 Al decir a Jesús: ¿Qué quieres que haga?  le robó el corazón. Por eso dijo, Jesús a Ananías, que se asustó cuando le dijo que acogiera a Pablo, "Es para mí un vaso de elección" (Hch 9,15). Ananías, entonces, entendió que se cumplía en Pablo la profecía hecha por Dios a los futuros discípulos de su Hijo: ¡Eres precioso para mí! (Is 43,4).

 

P. Antonio Pavía

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