Como todo el Antiguo Testamento, el hecho de que Dios hablase con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo, alcanza su plenitud en la relación de Jesús con sus discípulos a quienes dice "Os llamo amigos porque todo lo que he oído a mí Padre (el Evangelio), os lo he dado a conocer (Jn 15,15).
Dos de ellos camino de Emaús, llegaron a decirle, sin saber que era Él: "Esperábamos que liberase a Israel ...pero han pasado ya tres días y nada..." (Lc 24,21). Entonces Jesús les dijo: " Necios de corazón para creer...y les fue partiendo la Palabra". Al llegar a su destino le forzaron a que se quedase con ellos. Deseaban seguir escuchándole.
P. Antonio
Pavía
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