Es tan brillante el resplandor de aquel a quien el Salmista, movido por el
Espíritu de Dios, llama " el más bello de los hombres" que siente la
urgencia de alabarle con oleadas de alabanzas que brotan de su alma: "Tu
amas la justicia y odias la impiedad...
"Vítores que como notas musicales proclaman que este ser,
inimaginablemente hermoso, ama estar junto a Dios, como un hijo ansia estar con
su padre; Él representa su seguridad, amor, protección...etc.
Todo ello es lo que lleva consigo estar a su derecha, como vemos en otro
Salmo: "Dijo el Señor a mí Señor, siéntate a mi derecha y haré de tus
enemigos estrado de tus pies "(Sl 110,1...).
Lo sondeamos a la Luz de Jesús y su Misión. Recordemos que, ante el
persistente rechazo de Israel, nos dijo a todos: ¡No tengo donde reposar la
cabeza! (Mt 8,20) El hecho es que Jesús, solo pudo reposar su cabeza, coronada
de espinas, en el momento de morir. Nos dice Juan que como haciendo un último
esfuerzo alzó su mirada al Padre y le dijo..." Todo está cumplido, e
inclinando la cabeza entregó su espíritu. (Jn 19,30).
Con está proclamación le estaba
certificando: ¡ Padre, hemos vencido! Estamos ajustados al hombre y el hombre
está ajustado a nosotros.
Así es como dejamos este mundo los
discípulos de Jesús: ¡Señor mío y Dios mío... Misión cumplida!!
P. Antonio Pavía
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