En este contexto Herodes decretó la
matanza de los niños recién nacidos. El martirio de estos inocentes, es toda
una profecía del odio que el mundo profesará sobre los Discípulos de Jesús, de
generación en generación (Jn 15,18-20).
Hablamos de un odio propiciado por
Satanás debido a que allí desde hay un grupo de Discípulos de Jesús, el estilo
de vida que ofrece el mundo en todas sus dimensiones, se tambalea.
Somos enviados por Jesús al mundo con su Sabiduría que nos permite
adentrarnos en el inaccesible Misterio de Dios y claro está que esto rompe en
mil pedazos el "maravilloso" plan de vida, que Satanás ofrece a todo
hombre.
Esta profecía de los primeros mártires de la Iglesia alcanza su cumplimiento
y Resplandor a la Luz de la promesa que nos brinda el Libro del Apocalipsis:
"Llevarán su nombre en la frente..." (Ap 22,4). Odiados si por el mundo,
pero con nuestra cabeza coronada con la diadema del Nombre de Dios (Ap 22,4)
si, coronados con su Nombre Eterno: "Yo soy el que soy" (Ex3,14-15).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

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