sábado, 24 de noviembre de 2012
CREO
Avanzamos en este Año de la fe llevando en el corazón la esperanza de
redescubrir el gozo de creer y el entusiasmo de comunicar a todos la verdad de
la fe. Ésta conduce a descubrir que el encuentro con Dios valoriza, perfecciona
y eleva lo que hay de verdadero, bueno y bello en el hombre. Nos permite conocer
a Dios en el encuentro personal, pues Él se ha revelado a sí mismo y no se ha
limitado a darnos una información sobre Él. De este modo abre el corazón y la
mente humana a horizontes nuevos, inconmensurables e infinitos. La fe no es
ciega, trata de entender y demostrar que es razonable. Por eso es un impulso
para la razón y la ciencia, porque abre sus ojos a una realidad más grande, que
permite conocer mejor el verdadero ser del hombre en su integridad. Fe y razón
se necesitan y complementan, no sólo para una comprensión meramente intelectual
sino también para alimentar verdaderas esperanzas en la humanidad y orientar las
actividades hacía la promoción del bien de todos. El testimonio de quienes nos
han precedido y han dedicado su vida al Evangelio siempre lo confirma: es
razonable creer” (Benedicto XVI, Audiencia General, miércoles 21 noviembre del
2012)
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