Madre
de la Iglesia
Y desde ahí se justifica el culto a
María en la Iglesia
desde sus comienzos y exhorta a sus hijos a venerarla (Vaticano II).
No se hace de María un estudio
autónomo, sino desde Cristo y la
Iglesia , dejando abierto al estudio de los teólogos las
cuestiones disputadas. Pero bien indicados estos dos caminos o pilares: Cristo
y la Iglesia. Por
ahí corre segura la verdadera devoción a la Virgen , «Por eso la Iglesia adora con filial
afecto de piedad como a Madre amantísima» (Vaticano II, Pág. 103, BAC).
Madre
de misericordia
«La Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de
Abogada, Auxiliadora y Medianera» (Vaticano II, Pág. 111. BAC). Ternura
maternal de María.
Mujer
Nueva
Nueva Eva, madre de todos los
creyentes. Jesús es el nuevo Adán, Padre de toda la humanidad. El Redentor.
María la mujer nueva, cuya descendencia: Cristo, aplasta la cabeza del mal.
Esperanza de la humanidad. Aurora de un
tiempo nuevo.
Nueva por el Espíritu, por su fe, por
su amor, por su ternura de Madre.
«Nueva creatura» (Vaticano II).
La primera cristiana. Hoy que se habla
de poner en su sitio a la mujer, los cristianos deben mirar a María, la excelsa
Madre de Dios (Vaticano II).
Estrella
de la Nueva
Evangelización
La primera misionera que lleva a santa
Isabel la Buena Noticia
y el niño salta de gozo en el vientre de su madre.
María es la aurora que anuncia y
precede el sol que es Jesús, la
Buena Nueva. Hoy que se pide una Nueva Evangelización, nadie
puede evangelizar sin este afecto maternal de María nos recuerda el Concilio
Vaticano II en Lumen Gentium, Pág. 113).
Estrella y luz y patrona de la Nueva Evangelización.
Algunos veneran a María bajo esta
advocación.
Tuya es, María, la vocación más excelsa
de todas: ser Madre de Dios.
Hoy te invocamos como Virgen de la Vocación , que ayudas a
descubrirla y seguirla, cuidarla y realizarla.
Dios te tuvo en su mente, en el Verbo,
antes y al crear las cosas y, muy especialmente, al redimir al hombre caído
como estirpe de la mujer y madre de su Hijo, el Salvador.
Vocación florida en la vara de Jessé y
san José. Más noble que la de Isaías y Samuel. Gloria de Israel y e Hija de Sión.
Tú cuidas con san José la vocación de
los religiosos, de nuestros seminaristas al sacerdocio, como la de Jesús y a
todos, su vocación cristiana en la
Iglesia.
Madre de la Iglesia , protege a
nuestros sacerdotes, a nuestros religiosos y seminaristas que se preparan para
el sacerdocio.
(Marcos Martínez de Vadillo)
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