Y ENVIÓ UNA PALOMA

 

 

 

La Trinidad en un Ser viviente de nuestro cielo… Paloma que surcas los aires del mundo… Tú eres como Jesús, con cuerpo y sangre, pescadora en los aleros de la tierra. Tu corazón es como Dios, el Creador de tus latidos para la Vida.  Tu vuelo, como el Espíritu Santo, es la fuerza de tus alas allá donde el corazón te lleve.

 

¡Que nadie te interrumpa, Paloma! Llevas la Trinidad en tu alma, en tu vuelo de Dios, en tu cuerpo de ángel. Llevas el mensaje a los hombres desde lo más alto del cielo... ¡Que no te interrumpan Paloma! Que eres el signo de la Paz, la Paz el signo de Dios, y la Paz de Dios, el saludo de Cristo…

 

¡Que nadie te atrape Paloma! Vuela libre y acurrúcate en el pecho del hombre ¡Que no te atrapen Paloma! Que eres Santo en sabiduría, blanca en inocencia, y sencilla en humildad.

 

¡Que nadie te mate Paloma! Los hombres te esperan, tu poder consuela, tus arrullos escriben… ¡Que no te maten Paloma! Que tu amor perdona y salva… Y “en tus hombros” has de soportar nuestra alma, cruzar los cielos abiertos y llevarnos hacia las puertas del Reino.

 

 ¡Ven Paloma! No te entretengas en el camino… Son tus plumas mi refugio, tu aleteo el aire que respiro. Eres mi aliento de vida, la fe ¡Paloma! Yo te cuidaré y si no lo hiciera ¡Márchate! Pero quédate con mi nombre clavado a fuego y con el saludo de Cristo, sorpréndeme luego.

 

 

Enma Diez Lobo

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