“Contigo está la Sabiduría que
conoce tus obras, que estaba presente cuando hacías el mundo, que sabe lo que
es agradable a tus ojos, y lo que es conforme a tus mandamientos.
Envíala de los cielos santos,
mándala de tu trono de gloria para que a mi lado participe en mis trabajos y
sepa yo lo que te es agradable”,
Sb 9, 9-10
Antes, mi paz y mi tranquilidad residían en tenerlo todo atado, bien
planificado, nada fuera de control.
Cuanto más orden, más seguridad.
Ahora, anhelo y te pido que me enseñes a dejar reposar mi cabeza en tu
corazón.
A dejar mi vida en tus manos
A confiar en que Tú te ocuparás
A disfrutar de la maravillosa
quietud del “no saber”, del “no querer”.
A no existir, para poder estar plenamente en Ti.
A no pensar, para sentirte enteramente en mí.
El Señor es mi Pastor, nada me
falta
En verdes praderas me hacer
recostar
Me conduce hacia aguas
tranquilas y repara mis fuerzas
Salmo 22
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