lunes, 2 de mayo de 2016

¡Denunciad!

                                        


                        
¿Qué está pasando? Somos millones los contrariados y algo ahoga nuestro clamor de hermandad. No sé cómo calificar a quienes portan a sus espaldas el odio a lo católico. Los ateos y paganos de turno con sus maléficas risas, se han instalado en nuestras instituciones, iglesias, en nuestra fe.

¿Por dinero, envidia, complejo, maldad? me da igual, pero me asalta una pregunta: ¿Por qué se permitió? Adoctrinan a un país contra Dios.

Dios lo ve, lo sabe y nos une más que nunca, pero también nos dice ¡Denunciad!, no os arrinconéis en vuestras casas, sois mi boca y mis manos: 
Yo escribo, tú haces un periódico, tú un artículo, él un blog, otro reúne firmas, ellos hacen misas, aquellos rezan, pero… Señor, ¡los malos aumentan!, ¿cómo pararles?

-“Seguid mi voluntad con vuestro trabajo y no decaigáis. Sé lo que está por venir, no es el destino de nada sino Mi ausencia en ellos; os ayudaré y estaré con vosotros hasta el último día”.

- ¡Y también, muchos inocentes cascan, Señor! (yo a lo mío).

- Lo séeeeeee y en Mí descansan por toda la eternidad. No os preocupéis por ellos sino por vosotros y hablad de Mí mientras podáis. Es vuestra arma, usadla y haced honor a ella; Yo os pondré palabras en vuestra boca, Yo usaré las “redes” y denunciaré el dolor infringido, pero sobre todo, rezad por su conversión… Son los tiempos que os toca vivir”.

Sin miedo alguno, pero ¡vaya marronazo de gente!, y además…

- “Chissssssssss ¡a trabajaaaar!!!”      

Emma Díez Lobo


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