viernes, 26 de octubre de 2018

Pablo es genial


                                      
                                                          

El apóstol de Dios ¡Pobre hombre!, no paró ni de hablar, ni de escribir ni de ver cuán borrica era la gente con tanto dios merodeando por doquier. Era un hombre espectacular.  Cuando le lees te das cuenta de  que estaba en todos los tejemanejes de la vida.

Que si los matrimonios con el Privilegio Paulino, que si las solteras o viudas; que si la castidad; que si las comilonas; que si los escándalos que producimos en las conciencias; que si el cuerpo con sus miembros son partes de Dios; que si obrar conforme a los dones recibidos; que si deberes entre fuertes y débiles; que si las metas se han de conseguir con sacrificio y sapiencia; que sin caridad, no hay nada de nada…  Miles de temas de hoy en cada discurso o carta. Un hombre lleno de sabiduría.  

¿Os fijáis en que su lenguaje es muy parecido al de Jesús?, aunque para ser honestos, a veces no hay quien les entienda y te lo tienen que explicar. Pero es un crac.

Desde que se convirtió, ya no pudo parar de “bien decir”. Un ejemplo para todos los que deseamos “hablar” como cristianos. ¡Claro que ni parecido lo hacemos, ni nos subimos a las montañas, ni escribimos cartas a los chinos!, pero Dios sabe qué podemos hacer en nuestra medida y tiempos de “ordenata”, si no, no estaríamos muchos de nosotros tan enganchados en salvar almas. Quiero decir, que estemos poquico tiempo en el purgatorio.
  
¡Es un privilegio tener a “un Ananías” llamado Pablo -a ver si se nos caen las escamas de los ojos-¡ Genial, fantástico, comprensivo...

Emma Díez Lobo


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