sábado, 22 de febrero de 2025

Partiendo la Palabra D. VII T. O. (Lc 6,27-38) ¿Sabes escuchar a Dios?

 



El Evangelio de hoy es inasumible para los que no saben escuchar a Dios.

Veamos que, Jesús antes de decir, amad a vuestros enemigos, haced el bien a quienes os odian...etc., proclama con énfasis: "Os digo a los que me escucháis" El que sabe escuchar la Palabra, tiene acceso a los Manantiales de la Fuerza y Gracia de Dios para poder cumplirla. Sin estos Manantiales, la Palabra se distorsiona como hicieron los fariseos...

 Veamos que, cuando Dios proclamó a Israel el Mandamiento que da la Vida: "Amarás al Señor tú Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas..." lo encabezó igual que su Hijo con la misma exhortación: ¡Escucha Israel! (Dt 6,4...).

 Se escucha la Palabra de Dios con el alma y el corazón adorantes. Se recibe como Abrazo en el alma del mismo Dios, solo entonces surge de nuestras entrañas como surgió en María, el:  " Haz en mi tu Palabra”! ¡Haz en mi tu Obra Maestra ...el Discipulado! Entonces la Fuerza y la Gracia de Dios descienden sobre ti y te engendran como Discípulo de Jesús. Por eso Pablo, llamo al Evangelio, la Fuerza de Dios (Rm 1,16) y dijo que era "El Evangelio de la Gracia" (Hch 20,24).

Imperecedero fue su testimonio de la Fuerza y la Gracia del Evangelio, en un momento en el que le sobrepasaban los sufrimientos a causa de Jesús y su predicación; lo leemos: "...El Señor me respondió: te basta mi gracia. ...Por eso, con sumo gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que habite en mí la Fuerza de Jesús...me complazco en las persecuciones y angustias que sufro por Jesús, pues cuando estoy débil es cuando soy fuerte. (2 Co 12,9-10).

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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