sábado, 20 de febrero de 2016

¿Por qué no llega?



Llevamos centenares de años repartiendo la Palabra de Dios y no llega…

Algo sucede en el lenguaje, en las gentes que oyen pero no escuchan, en las aptitudes cotidianas ante el prójimo, ante la Palabra en definitiva.

Un sacerdote me decía el miércoles de Ceniza: Tanto hablar y tanto repetir los Evangelios y ¡No llega, no llega…!!! Gentes piadosas y más piadosas, sin entender la piedad; rezos y más rezos sin entender lo que dicen…  Y además ¿Por qué tanto bombo con la Misericordia? Como si lo fuéramos a descubrir ahora… Dios lo ha sido siempre ¡ES LA BASE!

Realmente estaba enfadado o preocupado y esto me hizo pensar… Es cierto, no llega así hayamos ido a misa toda nuestra vida. ¿Qué ha pasado desde que Jesús se fue de la tierra?

Es triste ver cómo un ser humano Consagrado a este fin, se siente mal ante esta fatal realidad; le preocupan las almas, ¿hará recuento al final de su Ministerio, de las que ha sido capaz de llevar al cielo?  

¿Tal vez demasiado misticismo en un mundo tan profano?, ¿tal vez el lenguaje de los Profetas, Pablo, Evangelistas y sacerdotes, hay que “traducirlo” a palabras más contundentes y coloquiales? Sí, algo terrible pasa que no se pegan como el “Super-Glue”.  

Si Dios nació hombre pará sentir a nuestro nivel (Nacimiento de Jesús); si sus directrices llenas de Sabiduría fueron para nuestra felicidad espiritual y por tanto terrenal (Evangelio); si su dolor y angustia, que es nuestro caminar, fue para que aceptemos la vida con sus penas (Calvario); si su Vivir de nuevo junto al Padre es para decirnos que el cielo se nos abrió (Resurrección)…
 
¿A qué viene que no llegue su mensaje? Yo sabía que éramos duros de mollera, ¿pero tanto?... Y más.

Debemos empezar por actuar, hablar de Él, defenderle y sobre todo rezar para que esto suceda. ¿A alguien se le ocurre algo mejor? Pues que lo diga.

Emma Díez Lobo


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