¡No sabía yo que significaba esto!!! Fue terrible para Jesús.
Cuando
rezamos el Credo lo decimos con una parsimonia que espanta y sin embargo es muy
trágico.
Dios,
después de morir hizo una laaaaaaaaaaaarga visita al averno. Sí, larguísima y
tremenda debido a nuestra grave maldad. Os voy a decir que tres días terrestres
se convierten en años y años en el averno ¡Como lo oís!
¿Eso
no es AMOR? “Estudiando” el tiempo de 1 día en el purgatorio, según escritos sobre
fallecidos que pidieron por sus almas a los vivos, se comprobó que el tiempo
del Espíritu fuera de la tierra, parece eterno.
¿Cuánto
más debió padecer después de su Muerte para salvarnos expiando nuestros pecados
ancestrales?, no tenemos un ápice de conciencia. El agradecimiento debió ser constante
desde entonces y sin embargo aquí, tocando la “Traviata”...
¡Pobre
Jesús, pobre María! No conozco su paciencia, pero esto no es normal.
¿Por
qué no se cuenta este terrible pasaje?, ¿por qué no hablar de la oscura
eternidad o de la “cuasi eternidad”? Él lo decía y lo dice en sus parábolas
para que seamos conscientes de esos destinos.
El
hombre elije su final en su condición inalienable de libre -el mundo también se
mueve en libertad: Virus, mosquitos, placas teutónicas, volcanes…- Y siempre, echando la culpa a Dios de todo lo
que sucede y de todo lo que nos da la gana hacer.
Esos
“tres días” de Jesús en el averno, con la diferencia de que nosotros si
entramos, no salimos, nos lo quiso evitar a toda costa, razón de su Venida y Evangelio.
¡Reconozcámoslo por Dios, ya es
hora!!!
Emma Díez Lobo
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