¡El
famoso miércoles!!! Sí, de Ceniza. Qué contenta va una a la Iglesia a que le signen
la frente con la Cruz de color gris… Hasta que…
Me
dice el sacerdote: “Polvo eres y en polvo te convertirás”.
Mira,
me entra una depre… ¡Qué “paqué”! Conozco el rito, pero da igual, siempre me
pasa lo mismo. ¡Menudo día! Pues lo que me faltaba, encima de los años que ya tengo,
te recuerdan el cajón de madera, la tierra encima, los huesos y las calaveras
sin dientes…
¡Ojú!
Me dije, que pena de pellejo andante. ¿Cuánto me queda para no ser nada? ¡Qué digo!
Si ya no “existo”… ¡Qué triste por Dios!
Y
llego a casa sin dejar de pensar en que soy “na de na”, y me pongo a escribir.
-¡Oye “na de na”!
Una voz interna me aclama… ¿Qué te pasa? No
pregunto a tus huesos, ni a tu sangre, ni a tus venas… Sino a tu mente, a tus
sentimientos, a tu razón, a tu fe en Cristo.
-
Pues que… ¡Espera alma de cántaro! Tengo que centrarme. ¿Es que soy dos en uno como el aceite para
bisagras? Pues va a ser que sí…
-¡Pues claro hija! No tienes nada
que ver con tu “armazón” eso se estropea y desaparece, pero TÚ… Tú eres un alma
de Dios que verá más allá de lo visible y oirá más de lo audible, que puede
amar tanto como Jesús te enseñó. Tu alma tendrá un cuerpo hermoso y perfecto o
terrible y espantoso; todo depende de cómo uses los “pinceles” de Dios.
Haré lo posible por pintarme genial.
Gracias
espíritu mío, me has puesto contenta.
Emma Díez Lobo
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