sábado, 3 de diciembre de 2022

Domingo II de Adviento (Mt 3,1-12)

 


La conversión del corazón

En el Evangelio de hoy oímos la voz de Juan Bautista que clama: ¡Convertíos ! Es como si la boca de todos los profetas enviados por Dios a Israel aunara sus voces a la suya: Convertíos, preparad el camino, vuestros corazones tan infieles y volcados a los ídolos...  (Os 1,7)

 A esos corazones vacíos de la Verdad se refiere Jesús cuando dice: " Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi' (Mt 15,8) Ante el grito de Juan B. nuestra mente vuela hasta el salmista que inspirado por el Espíritu Santo instó a los israelitas a no endurecer sus corazones ante la Voz de Dios: Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis  vuestro corazón." (Sl 95,7-8).

 Juan abre nuestros oídos ante Jesús que "no vino a juzgar al mundo - a nosotros - sino a salvarnos " (Jn 3,17.)

 Adviento, tiempo de perdón, de la Fiesta con Emmanuel Dios con nosotros La llamada a conversión es una inclinación amorosa de Dios al hombre pues "no quiere la muerte del malvado, sino que se convierta de su conducta y viva " (Ez 18,23).

 Y, recordemos las primeras palabras que dijo Jesús en su predicación, según Marcos: "Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15)

Convertíos sí, pero no con la boca sino con el corazón.

  

 

P. Antonio Pavia

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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