martes, 6 de diciembre de 2022

Partiendo la Palabra (Sl 131)

 


Muy alentador el comienzo de este Salmo: " Señor, mi corazón no es ambicioso." Su autor inspirado por el Espíritu Santo bien sabe que cuando la ambición prende en el corazón de un hombre, este desvía sus pasos encaminándolos hacia el dios Dinero, apartándose así del Dios vivo. (Mt 6,24)

 Figura de estos pobres hombres que escogen su escasa vida y rechazan la Vida, es ese señor cuyos campos dieron una cosecha excelente. (Lc 12,16...) Este pobre hombre al que Jesús llama necio, ante tan gran cosecha podía haber pensado: He trabajado mucho para la labrarme un futuro y lo he alcanzado. Seguiré trabajando, pero voy a dar más tiempo en mi vida para buscar a Dios y estar con Él. Sin embargo, le pudo su ambición que siempre va unida al poder de este mundo; movido por ella decidió construir graneros más grandes...entrando así en la fiebre de que nunca se tiene bastante. ¿Nos suena algo?, ¿no?

 ¡Pobre hombre! No dio oídos a los deseos y reclamaciones de su alma, todo un clamor a causa de las huellas de Dios tatuadas en ella. ¡Si el Salmista se liberó de estas ambiciones que pisoteaban su alma con sus clamores...!

 ¡Animo! También tú y yo podremos decir un día como él...Gracias Dios mío, gracias porque por tu Hijo Jesús y su Evangelio, mi corazón ya no es ambicioso...

 Seguimos el miércoles

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario