"Si alguno tiene sed, venga a mí y beba el que
crea en mi
"Todos, tenemos nuestra alma sedienta del Dios vivo, incluso los que no creen en El (Sl 42,2-3). Podemos servirnos de placebos para aliviar la sequedad del alma sin Dios, pero está sigue agrietándose. Compadecido de nosotros Dios se encarnó; viene a nuestro encuentro para dejemos de lado falsas soluciones y nos dice: Ven a mí, bebe de mis aguas vivas y tu alma reseca se abrirá a la Vida. Desde su Encarnación Dios es Emmanuel, Dios con nosotros y los que le acogen disfrutan del descanso del alma: "Venid a mí, los que estáis fatigados y agobiados y os daré descanso."(Mt 11,28)
El Señor Jesús calma con su
Presencia la sed del alma de la que nos habla este salmista: " Dios
mío, yo te busco, mi alma tiene sed de ti...' (Sl 63,2.) Cuando un
buscador de Dios muere, su alma vuela presurosa hacia Dios, su Padre, Manantial
de Aguas Vivas (Jr 2,13) que con tanta ternura transformó su desierto interior
en un vergel.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario