lunes, 13 de mayo de 2024

Partiendo la Palabra Bienaventurados los limpios de corazón [III] (Sl 73)

 


 Dejamos al salmista abatido, con su fe tambaleante. Dios atento a su fragilidad y desánimo le susurra al oído de su corazón, Palabras de Vida, que le elevan por encima del mal que le sobrecoge, provocando en él una confesión de fe que a todos nos ayuda. Esto fue lo que brotó de su corazón: "Si llegase a hablar como ellos, renegaría de la raza de tus hijos”(Sl 73,15).

 Esta es una muestra, de la belleza y grandeza infinita de la Espiritualidad de la Palabra. Dios permite, a los que le buscan, tentaciones de desesperanza, e incluso   mareas de escepticismo, a causa de escándalos provocados por quienes deberían ser su Luz en las tinieblas del mundo. Dios les y nos hace esperar, pero no se cruza de brazos. Está como centinela, esperando tu punto de madurez para actuar, como hemos visto que hizo con el Salmista, que ya estaba a punto de desmoronarse.

 El mismo hecho de saber esperar que Dios actúe en ti, es para Él la señal inequívoca de que deseas con toda tu alma ser Discípulo de Jesús, su Hijo.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles com

 

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