miércoles, 22 de mayo de 2024

Partiendo la Palabra El Evangelio de la Gracia [II] (Sl 45)

 


 Seguimos con el poema profético del salmista.

  Nos describe al Mesías revestido para el combate contra el príncipe de este mundo, que se complace en nuestra ruina y destrucción. Jesús, empuña la espada del Espíritu, es decir, la Palabra de Dios, como dice San Pablo a los discípulos de Éfeso: "Tomad con vosotros el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Ef 6,17). Por eso Dios Padre, fijó sus ojos en Jesús y ..."le bendijo eternamente como profetizó el Salmista " (Sl 45,3b). Si, le bendijo eternamente, cuando se sumergió en las aguas del Jordán y de ellas emergió proclamando su "Aquí estoy" a la misión que le había confiado su Padre. Su inmersión en las aguas simbolizó su muerte en espera, al emerger de ellas, de su resurrección.

 Fue entonces cuando su Padre con una Ternura sin límites dio Testimonio de su Amor infinito por El bendiciéndole así:  "Este es mi Hijo amado en quien me complazco" (Mt 3,17). Y.…alegrémonos porque esta es la Bendición que Dios Padre con su infinita Ternura tiene preparada para todos los que aún con nuestras debilidades no desistimos de caminar por el mundo como Discípulos de su Hijo.

 

P. Antonio Pavía.

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