miércoles, 8 de mayo de 2024

Partiendo la Palabra Bienaventurados los limpios de corazón¨{II} (Sl 73)

 


 Ya vimos que la limpieza del corazón es sobre todo un dejarnos limpiar por la Palabra (Jn 15,3). Si, porque es la Palabra la que nos da la Gracia y la Fuerza Divina para ir al encuentro de aquel a quien hemos ofendido y pedirle perdón. Esto es, como ya dije, muy humillante, sobre todo si la persona a quien pides perdón es alguien que te aborrece, y más aún si es inferior a ti. La cuestión es si tu deseo de llegar a ser " Discípulo Amado de Jesús" es más fuerte o no, que el obstáculo de la humillación de pedir perdón.

 Siguiendo con el Salmo 73 vemos que el Salmista al constatar que, en general, a nadie le preocupa tener un corazón lleno de juicios, rencores, venganzas...etc. parece que se desanima. Ve a tantos que rezan con sus labios sin preocuparse de la ponzoña que destilan sus corazones, que su fe se tambalea.

 Incluso llegan a sus oídos argumentos tan venenosos como … ¿Es que Dios se va a enterar? (Sl 73,11 ). A nuestro amigo se le parte el alma al oír interiormente  estás alegaciones propias de los necios. Su mente es zarandeada por pensamientos tentadores como: ¿Para eso he limpiado yo mi corazón? (Sl 73, 13).  

 

Seguimos el lunes. 

 

P Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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