miércoles, 15 de mayo de 2024

Partiendo la Palabra Bienaventurados los limpios de corazón [IV] (Sl 73)

 


!!Soy hijo de Dios...!! Bramó el alma, como el mar en tormenta, de este hombre atribulado; y todo su ser conoció la alegría perfecta con sus destellos de eternidad. Alegría que Dios concede a sus verdaderos buscadores. A continuación, nuestro amigo, exultante por el gozo rebosante en sus entrañas, dice a Dios:

¿No te tengo a ti en el cielo? Y contigo, o sea, teniéndote a ti, ¿Qué me importa la tierra? … ¡Tú eres la roca de mi corazón! Acerca de esto, Jesús dice que reconoce como discípulos suyos a los que construyen su existencia, no sobre la arena sino sobre la roca que son sus palabras, si Evangelio. (Mt 7,24-27).

  Si, Jesús es la Roca que nos mantiene en pie, frente a toda tentación, tristeza, desgracia. etc. Culminamos estas Catequesis sobre el Salmo 73 con la incomparable confesión de fe, del salmista:

 ¡Dios mío, tú eres mi herencia perpetua! Estos son los bienes eternos, el tesoro inagotable del que nos habla Jesús en el Evangelio de Lucas (Lc 12,33-34).

 Bienaventurados los que dejando de lado los " tesoritos" del mundo se hacen con el Tesoro eterno del corazón de Dios... Corazón que late   sin cesar en el Evangelio de su Hijo....y que sigue latiendo por ti.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles com

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