!!Soy hijo de Dios...!! Bramó el alma, como el mar en tormenta, de este hombre atribulado; y todo su ser conoció la alegría perfecta con sus destellos de eternidad. Alegría que Dios concede a sus verdaderos buscadores. A continuación, nuestro amigo, exultante por el gozo rebosante en sus entrañas, dice a Dios:
¿No te tengo a ti en el cielo? Y contigo, o sea, teniéndote a ti, ¿Qué me
importa la tierra? … ¡Tú eres la roca de mi corazón! Acerca de esto, Jesús
dice que reconoce como discípulos suyos a los que construyen su existencia, no
sobre la arena sino sobre la roca que son sus palabras, si Evangelio. (Mt
7,24-27).
¡Dios mío, tú eres mi herencia
perpetua! Estos son los bienes eternos, el tesoro inagotable del que nos habla
Jesús en el Evangelio de Lucas (Lc 12,33-34).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles com
No hay comentarios:
Publicar un comentario