Al decir Pedro a Jesús, Tú sabes que te amo, no le estaba haciendo promesa alguna: bien sabía, que, con esa pregunta, Jesús le estaba liberando del sepulcro a donde le habían llevado sus pecados; estaba pues cumpliendo en él la promesa hecha a sus antepasados por medio de Ezequiel: “Sabréis que soy Yahvé cuando abra vuestros sepulcros...Yo Yahvé lo digo y lo hago" (Ez 37,13-14).
Podemos imaginarnos la temblorosa conmoción de Pedro al constatar que
Jesús, le estaba sacando del sepulcro de sus debilidades; que su promesa de
hacer de él un pescador de hombres, esto es el Discipulado, la estaba cumpliendo
a pesar del abismo sin fondo de su pobreza moral... Si, Jesús le estaba
diciendo:
¡Aquí estoy cumpliendo la promesa que te hice! Te amo...y te doy el poder
para apacentar mis ovejas. Las apacentarás no con palabras de sabiduría humana,
pues se debilitarán como tú...yo pondré en tu boca "Mis Palabras de Vida
Eterna" (Jn 6,68...) para que tengan Vida Eterna.
¡¡¡Las grandes promesas de Jesús,
están grabadas en su Evangelio... Ojalá hagamos de él...!!! El Libro por
excelencia, de nuestra vida...así veremos igual que Pedro, que también cumple
con nosotros sus promesas.
P. Antonio Pavía
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