ENTRAR
EN LA VOLUNTAD DE
DIOS
Dios
no quiere cosas, sino el oído del hombre que escuche, que obedezca y, con ello,
le quiere a él mismo. Esta es la acción de gracias verdadera y digna de Dios:
entrar en la voluntad de Dios.
(Benedicto
PP. XVI.).
La vocación sacerdotal es un misterio. Es el
misterio de un "maravilloso intercambio" -admirabile commercium-
entre Dios y el hombre. Este ofrece a Cristo su humanidad para que El pueda
servirse de ella como instrumento de salvación, casi haciendo de este hombre otro
sí mismo. Si no se percibe el misterio de este "intercambio" no se
logra entender como puede suceder que un joven, escuchando la palabra
´´¡sígueme!´´, llegue a renunciar a todo por Cristo, en la certeza de que por
este camino su personalidad humana se realizará plenamente.
«Espíritu Santo, llena mi alma
con la abundancia de tus dones.
con la abundancia de tus dones.
Dame el don de la SABIDURÍA
para gustar las cosas que Dios ama
y apartarme de los valores
que me apartan del Evangelio de Jesús.
para gustar las cosas que Dios ama
y apartarme de los valores
que me apartan del Evangelio de Jesús.
Dame el don de INTELIGENCIA
para vivir con fe viva
toda la riqueza de la verdad cristiana.
para vivir con fe viva
toda la riqueza de la verdad cristiana.
Dame el don de CONSEJO
para que en medio de los acontecimientos
pueda descubrir lo mejor
y crecer en la fe bautismal.
para que en medio de los acontecimientos
pueda descubrir lo mejor
y crecer en la fe bautismal.
Dame el don de FORTALEZA
de manera que sea capaz de vencer
todos los obstáculos que encuentre
en el camino del seguimiento de Jesús.
de manera que sea capaz de vencer
todos los obstáculos que encuentre
en el camino del seguimiento de Jesús.
Dame el don de CIENCIA
para discernir claramente
entre el bien y el mal,
la falsedad y la mentira,
el camino ancho y la puerta estrecha
que conduce al Reino.
para discernir claramente
entre el bien y el mal,
la falsedad y la mentira,
el camino ancho y la puerta estrecha
que conduce al Reino.
Dame el don de PIEDAD
para amar a Dios como Padre
y reconocer en los hombres y mujeres
a los hermanos que tengo que servir
y donde Dios me está esperando.
para amar a Dios como Padre
y reconocer en los hombres y mujeres
a los hermanos que tengo que servir
y donde Dios me está esperando.
Dame el don de TEMOR DE DIOS
para escuchar y acoger con fidelidad
la plenitud de la revelación
realizada en el Hijo de Dios,
Jesús de Nazaret, el Mesías.»
para escuchar y acoger con fidelidad
la plenitud de la revelación
realizada en el Hijo de Dios,
Jesús de Nazaret, el Mesías.»
“Alegraos en el Señor siempre; lo repito: alegraos.
Que vuestra bondad sea notoria a todos los hombres. El Señor está cerca. No os
inquietéis por cosa alguna, sino más bien en toda oración y plegaria presentad
al Señor vuestras necesidades con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, considerad lo que hay de
verdadero, de noble, de buena fama, de virtuoso, de laudable; practicad lo que
habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí, y el Dios de la
paz estará con vosotros.” San Pablo en su carta a los Filipenses 4, 4-9vs.
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