sábado, 2 de noviembre de 2013

Dios

  No hay experiencia humana más grandiosa y espectacular que el saberse “estando en Dios”, viviendo en Él. Es un saberse que rompe los límites del conocimiento humano, pues sobrepasa toda experiencia empírica y medible. Estoy hablando del Misterio, de Dios que se abaja hacia el hombre, y del hombre que se eleva hacia Él.
 
 
 
                                                                 
Dime Dios ¿Quién eres?, sé quien es Jesús, tu Rostro humano… ¿Pero y Tú? Cuántas veces he querido definirte, cuántas… De chica te imaginaba con un “cuerpo físico”, con barba, sentado a la izquierda de Jesús (como Él se sienta a tu derecha…); pero unas palabras de tu Hijo me aclararon tu Esencia… “A Dios nadie le ha visto jamás”… Tampoco Jesús, porque Tú estabas en su Ser. Como lo explicaría…

Tú eres  sentido, Palabra, oído, inteligencia, perdón, creación, universo… No tienes ni piernas ni brazos, ni cara, ni manos, eres tan invisible como el amor que encierra el corazón humano. Por eso he entendido que yo soy parte de ti, cuando me duele mi prójimo, cuando te defiendo; Tú vives en todo, cómo lo explicaría…

No eres árbol pero estás en su oxígeno, no eres gorrión pero estás en su vuelo, no eres lobo pero estás en su aullido; no eres noche ni día, pero estás en la oscuridad y en la luz. No eres un ser, eres el Verbo Ser y de ahí la frase: “Yo soy el que soy” y… “Vengo de donde vengo” y de ¿Dónde vienes? De la propia Existencia. Como lo explicaría…    

No es un lugar es un adverbio, Él viene del Siempre, del YO eterno. Él no “viene”, está en el Verbo Venir, como dentro de sus letras… Venir es rodearte, acercarse a ti desde el mundo, desde el firmamento. Dónde haya “un lugar” muy lejos o muy cerca de ti, hay un “venir” hacia ese lugar y ese “venir” es más inmenso que el Universo, no tiene fin; pero ni el fin ni el principio están “lejos” de ti, porque Dios no viene de lejos; Él, ni viene ni va, simplemente está. 

Dime ¿Por qué elegiste esa cara para Jesús? Está claro que alguna tenía que tener… Y María portaría sus rasgos sin duda. Pero después de su Resurrección, nadie le reconocería; Dios no debía tener un cuerpo concreto, Él era voz, Espíritu y creó un  hombre sólo con esa intención. Ese “hombre visible” no estaba en el mundo (lógico porque si fuera uno del pueblo… ¿Mira, no es Jesús?, ¡menudo contrasentido!) 

Cuando entiendes que Dios escucha, habla (en alto cuando quiere) y está en todas las cosas, tu vida cambia por completo; has entendido como S. Francisco dónde está Dios. Dios mira y observa hasta de debajo del sofá…

Es tan difícil explicar lo que uno siente fuera de filosofías que si Dios no me ilumina… ¡Pues como qué no! El “vengo de dónde vengo”, me apasiona,  pero eso no importa; sé por Jesús nacido que has venido del “vengo” y que formamos parte de Ti, de tu Cuerpo Místico, de tu YO. Gracias Dios, gracias Mujer, ya  podemos decir que Te hemos visto. Pero ¿Jesús está sentado a tu derecha? ¡A qué no!, otra reflexión…    

Emma Díez Lobo 

1 comentario:

  1. hola paso visitando su blog, reciban abundantes bendiciones.
    mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

    ResponderEliminar