martes, 3 de noviembre de 2015

Me contestó al momento


 
Esta mañana en la Iglesia preguntaba a Dios:

-Oye dime ¿Por qué me dura tanto el sufrimiento?, ¿no es hora de estar bien ya?

¿Sabéis que me contesto?, no es una idea mía, fue por boca de Dios delante del micro en la 1ª lectura y Evangelio. Escuché: 

- “Te hablo a ti que estás un poco sorda y ciega ¡hija! Todo sufrimiento de la persona a quien Dios llama, es un sacrificio por sus pecados (y los tuyos son finos). Te irás llorando -pues no te vas a ir de “rositas”- pero volverás alegre. Tu fe te hará ver cuánto digo.  

No me olvides en este trance (estoy súper acostumbrado) quiero acompañarte. Cuando sientas que has compensado el daño infringido, serás libre de carga. Confía en Mí.  

Y no seré Yo quien te imponga la paz merecida, sino tu propio dolor subsanado”. Así que ten paciencia y háblame cuando quieras, estaré a tu lado.  

Me quedé más tranquila (aunque hecha unas “pascuas”)… Cogí ramitas silvestres para recordar sus Palabras, y la paciencia me inundó por completo. Sólo supe darle gracias.

¡Hala!, a sufrir un “pionco” o mucho y con mi Dios, la vista, el oído algo mejor, el Ibuprofeno y la paciencia regalada, me vine a casa a escribir ¡No nos deja solos en nada!  

Besos al Libro Sagrado de Dios. ¡Pero no tardes mucho en sacarme de ésta! 

¿Vale?

    Emma Díez Lobo

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