miércoles, 11 de noviembre de 2015

Queridos Santos




Acaba de pasar vuestro día de homenaje en la tierra, así cada año “In memoriam” de una vida ejemplar entregada al hombre por Dios.

Muchos de vosotros llegasteis a celebrar estas 24 horas por otros de los vuestros, cuando aún no sabíais que os incluirían más adelante. Sois de un material “extraño”, envidioso y sin par.

¡Qué vidas habéis tenido, Dios de mi alma! Difíciles a rabiar, llenas de silencios y espanto. Es que para ser Santo son necesarios unos requisitos… ¡Qué parecéis de otra galaxia! porque sin nacer con ellos, acudisteis por amor a Dios en salvación del hombre.  

Ninguno de vosotros cayó en la debilidad de renunciar a la fe, aunque en ello os fuera la vida. ¡Qué clara teníais la otra!, mejor dicho, que claro os sabíais en brazos de Dios. 

Vuestras vidas tienen pegamento “súper Glue”, sois magistrales. Y lo mejor: Ahora que no  estáis aquí, hacéis más por muchos más que antes.

Hay padres y madres de familia que os imitan y a pesar de sus desgracias, todo lo asumen en nombre de Dios y del vuestro. Un canto también para ellos que sin construir conventos, ni órdenes religiosas, han  hecho Iglesia en su hogar, creando santos de Dios o regalando amor.

Son los santos desconocidos del mundo, sin fama y a veces sin estampa… Pero a quienes Dios ama eternamente.
   
Santos de Dios y del mundo, Beatificados o no, gracias a todos desde la tierra por vuestra labor, ayuda y ejemplo.    


 Emma Díez Lobo

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