jueves, 14 de febrero de 2019

El valor redentor del sufrimiento




El hombre ha buscado durante toda su existencia sobre la tierra solo una solución que pueda mitigar el dolor de los hombre, todas aquellas clases de sufrimiento que han llevado al ser humano a la más profunda tristeza a las más agonizantes horas de angustia y ansiedad. Siempre el dolor ha sido estigmatizado como la peor circunstancia por la cual puede pasar un ser viviente, es el preciso momento en nada funciona como queríamos que la vida nos come vivos, algunos son físicos mientras que otros son tan mortales que calan en el alma y no solo destruyen al hombre interno sino también al externo estos son llamados dolores espirituales, heridas de alma que no curan tan fácil con medicamentos. 

El sufrimiento hace parte de la identidad humana nuestra entrada está marcada por el sufrimiento desde el primer momento que dejamos la seguridad del vientre materno este es nuestro primer traumatismo hasta que nos marchamos y dejamos esta tierra, el ser humano llega a la vida marcado por el dolor y el sufrimiento darle la espalda al dolor es darle la espalda a nuestra propia realidad. 

Definitivamente este sufrimiento está ligado al mal y entonces la pregunta es ¿Por qué sufro? Y en medio de estas angustiantes preguntas solo podemos hacharle la culpa a Dios o simplemente las personas que más amamos terminan siendo víctimas de nuestra muerte en vida ¿Por qué hago sufrir al demás? y la pregunta correcta para nuestro sufrimiento seria ¿para qué sufro? Este ¿para qué? abarca una causa, una razón, y una finalidad. 

Víctor Franklin un gran psicoanalista quien dedicó toda su vida investigar sobre el sentido del dolor del hombre y quien estuvo en los campos de concentración nazi decía: “Lo único que hace la diferencia entre los que sobreviven donde otros están muriendo es que los que sobreviven le encuentran sentido a su dolor” Algunas personas de las que han sufrido situaciones adversas han encontrado alguna motivación para algunos de ellos fue su familia, para otros su hijos para otro poco sus esposas. Elizabet Hiulibert Rost también psicoanalista fue llamada “la mujer de la muerte” ya que dedico toda su vida acompañar enfermos terminales ella en algunas de sus visitas a estos enfermos visito algunas barracas nazis donde encerraban a los niños y descubrió que en las paredes habían orugas y mariposas pintadas ellos reconocían algo maravilloso que su muerte tan solo era el tránsito de la oruga que se convertía en una hermosa mariposa… 

El dolor y la cercanía a la muerte nos vuelve auténticos, nos hace libres solo es en las peores circunstancias donde realmente aprendemos a vivir la vida como verdadero regalo que se nos da como gracia a los hombres… Es allí donde el ser humano descubre que la vida es bella, es donde el hombre descubre su debilidad y se reencuentra realmente consigo mismo, es también donde aprendemos a crecer y a madurar…No sé qué te haga sufrir hoy…

No sé qué heridas haya en tu corazón… Pero solo quiero que sepas que jamás estas solo…Que Dios está contigo que él te ama, que jamás se ha olvidado de ti y que de seguro este sufrimiento pronto pasara todo depende con la valentía con que la asumas… 

Sé que ya pronto sabrás que sentido tenía todo esto que estás viviendo…No te desanimes y recuerda que “Fuerte no es que nunca cae sino el que cayendo aprende el motivo de su caída y se levanta” y si por alguna razón no crees en Dios entonces te invito a que viajes a lo más interno de ti y te preguntes ¿Cuál es tu motivación? y de seguro encontraras la respuesta para poder continuar... El hombre es un aprendiz: el dolor es su eterno maestro.



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