miércoles, 18 de noviembre de 2020

¿Qué no existe?

 

¡Claro que sí! Es un lugar medio aterrador donde arde el alma; solo las oraciones de la tierra, la blanquean. Es un lugar de inmensurable esperanza de ver a Dios pero que muchos dicen que no existe.  

Lo verán, lo comprobarán, lo vivirán igual que yo. Me da pavor, es verdad, pero terrible sería no pasar por él… ¡Mil purgatorios si fuera necesario con tal de ver a Dios!   

Pero seamos inteligentes y acortemos desde aquí nuestra expiación -después ya no será posible- y visto como está el mundo, tal vez no recen por nuestras almas y nos quedemos allí ¡Ni se sabe!!!   

Recemos bien y mucho por nosotros y por los que se han ido, pero no como yo que me duermo en el primer Misterio y esto no es serio; después pienso ¡Qué desastre! sé que se me van a quemar las cejas y me quedo como las marmotas ¡Por favor!

El que no cree en el Purgatorio ¡qué piensa!, ¿qué va a ir al cielo como un cohete? Pues de eso nada, no van los niños que tienen malas ideas, vamos a ir nosotros…

La gente no sabe lo que es la “Puerta estrecha” claro, si no Leen… Y lo que nos espera es de órdago. Lo dicho, no dejemos a los que se quedan todo “nuestro paso al cielo“  y procurémonos con la Gracia de la Comunión, confesión e indulgencias, una estancia lo más corta posible -así necesitaremos menos ayuda-.

Gracias Dios por darnos ese lugar de salvación.   

Emma Diez Lobo

 

  

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