A un cierto momento el autor, depositario de la profecía que Dios, hace de su Hijo, y como viendo a lo lejos su Encarnación, exclama: "Por eso Dios te ha ungido con óleo de júbilo entre todos tus compañeros. Descripción que se hizo gloriosa, en su Bautismo, en el río Jordán.
Allí el Padre anunció por medio de la inmersión de Jesús en las aguas, su
descenso al antro de la muerte, para dar a continuación paso a su exaltación
gloriosa, en su emersión, como Señor, en el rio Jordán.
Fue entonces que el Padre, viendo en su Hijo pisoteando la muerte, la
Redención de la Humanidad, proclamó alborozado: "Este es mi hijo amado en
quien me complazco" (Mt 3,17).
En la elevación de Jesús, venciendo
a la muerte, Dios Padre, se alegró por nosotros, vencedores también de nuestra
muerte gracias a Jesús, su Hijo.
P. Antonio Pavía
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