Cuando tengas dolor,
tristeza o angustia, piensa en esto: La
Pasión.
¿Qué crees que fue este
pasaje? Pues ni más ni menos que tu dolor, tu angustia, tus lágrimas, tu
soledad, la injusticia que has recibido o la incomprensión y abandono que has
sentido.
Él sufrió lo que tú
estás viviendo ahora más el lento suplicio hasta morir, es decir, todo y lo de
todos en 24 horas de un día: Su Pasión.
¡Imagínate como fue! ¿Puedes?
Haz un intento y verás como en su amargura te observa, te mira y se para
delante de ti para decirte: “Sé muy bien
por lo que estás pasando, pero escucha: Mi Pasión sucedió por ti, por tus penas
y tus males ¡Mírame!
Aquí
me tienes, ensangrentado en el sufrimiento sólo pata ti. ¿Sabes cuánto te amo? Pues
llévame contigo en cada lágrima y Yo la secaré, llévame en tu herida y Yo la
sanaré, llévame, llévame y refúgiate en Mí… Yo no te tenía en el tormento, en
cambio tú a Mí, sí. Bajé y sufrí para después ayudarte y Yo era Dios. ¡Imagínate
el cuadro!
Recuerdo
cuando veo a mi Madre desgarrada e impotente ante la barbarie de mis hermanos… Fue
entonces cuando le dije:
Madre,
amo al mundo tanto o más que a ti y por ellos, hijos tuyos ante La Cruz, debo llevármelos
conmigo y, mientras recorren el camino hacia la muerte por la VIDA, me tengan
de imagen y semejanza en el dolor; se refugien en Ti y en Mí para darles la
fuerza que obtuve de mi Padre y no se sientan solos sino amparados por todos Nosotros
que ya somos un “porrón” mirando hacia la tierra...
Mi
Madre lo entendió aquel día y hoy en cada Eucaristía, me entrega y me entrego
por el amor que te tenemos. Ella habla mucho de Mí ¡Te habrás dado cuenta de
que la pobre Mujer no para!, a veces
hasta llora como Yo con mi Sangre en vuestras estatuas Consagradas ¡Para
que veas!
Ya
sabes, en momentos angustiosos: Mi Pasión
y rememora mis ojos clavados en ti. ¡Así que alégrate porque me vas a deshacer!
¿Es que no sabes que desde aquel día estoy contigo? Pues no lo parece… Cuéntame
y Yo lo resolveré, pero ¡ojo al dato!: Mi voluntad sólo te llevará donde Yo
pueda protegerte ¡Ahí queda eso! Te lo digo por si crees que no te hago caso ¡Qué siempre decís lo mismo!
De
momento, parecerte a Mí me glorifica y me
conmueve. Prometo estar contigo hasta el final del mundo, te lo dije. Verás cómo
surge una sonrisa porque entre los dos llevaremos juntos tu carga y aunque tropecemos,
no te preocupes, ya sabes que las sandalias tienen cintas y nos la podemos pisar
o también tropezar con las piedrolas.
Pero estamos juntos para llegar…
Emma Díez Lobo
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