Eso pensaba yo hasta que un día me di
cuenta de lo que había dicho Jesús:
“Quiero que seáis felices”…
- ¡Señor, me faltan las piernas!
- Ya, las piernas…
-Y los brazos…
- Ya, también los brazos…
- Pues sí, y veo fatal y no me llega el
sueldo ¡ah, ah!, y tengo bronquitis…
- ¡Hijo, a este paso no tendrás ni
lengua para preguntarme!
- Sí, eso sí tengo y corazón y cerebro
y alma y amor y humildad y agradecimiento… ¡Ah, ah! y Fe en Ti y me encanta
rezar y saber que no me abandonas jamás, ¡espera!, y a los Santos y a tu Madre
que siempre dice ¡Venga que no pasa nada!, y a mi Ángel Manuel…
- ¡Pues sí que tienes! No sabía Yo que coleccionabas
tantas cosas importantes y que además, duermes por las noches…
- Sin pastillas ¡No!
- ¿También las tienes? Genial, dormirás
fantásticamente. Has cogido todos los avances habidos y por haber ¡Qué
suertaza!
- ¡Pero no me puedo mover!, ¿es que no
lo ves?
- Sí, veo un alma que vive, que agradece,
que habla y sabe; que reza y me lleva consigo,
que viajará a la eternidad más grandiosa; veo un alma con Paz de
Espíritu, que tiene Madre y Hermanos; que tiene un Ángel genial; que pase lo
que pase no pierde la Fe… ¡Jolín, esas cosas son tesoros!
- ¡Pero esas cosas no se ven!
- ¿Y?... Lo que se ve se estropea, se
rompe, se pierde… Pero tienes lo que el mundo ansía, la Virtud y la Gracia, tienes
el alma a salvo.
Pues tienes razón ¡Sí qué tengo!
- Y ¿Me preguntas como ser feliz? Eres
un ser envidiable por toda la humanidad.
- Si lo llego a pensar, no digo nada porque
faltarme, faltarme…
Emma
Díez Lobo
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