Ni “mijita” ¿Sabéis como lo descubrí?
Con el Evangelio (Mc 12,38 -44).
Resulta que una mujer pobre solo tenía unas monedas para comer, pero al entrar
en el Templo y ver el “Arca del Tesoro”, dio todo el dinero que llevaba. Para
Dios fue la única persona con fe, pues sabía que Él le ayudaría en su pobreza.
Eso
es fe y lo demás, tontería.
Pues cuantas veces decimos: “Jopé, no
puedo dar nada porque no tengo ni para mí”… Y ahí queda la cosa, no sea que
nos vaya a faltar y después ¿Qué? El “Dios proveerá” de Teresa de
Calcuta”, ni por asomo. Muchas veces, la comida que compraba la Santa para la
Fundación, la iba dando por el camino a otros pobres y volvía con las manos
vacías; pero por arte de Dios, nunca le faltaba…
¡Qué
FE!!! Qué nos digan -a
los que no nos llega- simplemente, que compartamos… Nos entra un “yuyu” que ya
me diréis. No, no tenemos un gramo de fe y ¡Claro! Dios no se nos puede expresar como a
Teresa.
Es que da miedo hacer la prueba y no
nos fiamos de la Providencia… A esto poco arreglo veo yo.
Pero debe haber una salida ¡Espíritu, ilumíname
porque estoy seca!
- Aunque no te llegue ni trabajando, no
te preocupes, da tu limosna en el Templo y quédate tranquila porque sé que eso
que das por poco que sea, lo necesitas. Da amor, comprensión, sonrisas y no te
faltará mi protección.
Y ahí me veis con mis 20 cts. como si
fuera oro en paño… En fin, en la medida que doy, Dios me da ¡qué desastre de
limosna, no puedo esperar mucho, no!!! Y sin embargo…
Emma
Díez Lobo
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