miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Te miras en Dios?


                                       


                                                       
Yo no lo veo… No aparece en tu lenguaje así hables, no conoces la caridad y mucho menos la humildad. Evalúas por lo que tienen y, haces “tú criba” particular. No miras al necesitado y, ahí precisamente está Dios, esperando que dejes el espejo y Le mires.

Pero no, tu dinero, tus negocios ¡TÚ y lo tuyo!, es tu mundo... Tremenda imagen para Dios y qué poco te pareces a su Hijo, más cuánto a los que Le rechazan.

¡Qué te sucede!, ¿no sabes que Dios te califica?: O Dios o la acumulación y alarde de tu condición; o Dios y su Palabra o en la lengua “la amistad con la casta podrida don dinero”…   

“Amasadores” hasta el alma y a veces de Comunión y crucifijos “con diamantes”…  No, no vienes de Pedro, ni de Pablo, ni de Roma, vienes de tu enorme falta de caridad y Evangelio por saber.

Lo peor de un “católico” es decir que lo es y “presumir de corbata italiana”. Me pregunto si tiene la osadía de entrar en algún templo Cristiano…

Llegará un día en que escuches: “No sé quién eres, aléjate de mí, malvado” (Lc 13, 22-30). Porque Dios no encontrará en ti, el menor rasgo cristiano en los años que pudiste hacer y no hiciste. Un católico es sensibilidad en acción.

¿Entiendes ahora por qué la puerta es tan estrecha? (Lc 13, 22-30). ¡No sabes el riesgo que corres!

Emma Díez Lobo


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