Eres hijo de Dios, tal cual suena, no es una frase hecha
y no sé si eres consciente de sus Palabras cuando te menciona la muerte en el Evangelio.
Habla
de una muerte viviente y eterna, se llama infierno. Tan real como el
cielo y que muchos pretenden ignorar diciendo que no existe a pesar de estar
Escrito.
Nuestro
Padre, suma bondad en la tierra, nos da su infinita Misericordia AQUÍ, pero esa Gracia incansable, dará
lugar a su Suprema Justicia ALLÍ.
Mírate:
¿Redimes con el sufrimiento y lo entiendes?, ¿te confiesas y Comulgas para que
con el Espíritu Santo obedezcas al Evangelio para evitar la muerte?
Tienes la suerte
de “conocer” a Cristo pero la desgracia, como muchos, de no escucharLe.
Ten
cuidado, no sea que “aquel día”, cuando de aquí te vayas, pidas clemencia… Oirás:
“Te
llamé todos los días de tu vida y no pude perdonarte porque no creíste
que Yo estaba en mi Consagrado -alter CHRISTUS-ipse CHRISTUS-”. (Jn. 20, 21-23).
Sí,
hay un riesgo real de muerte eterna y hablar solo del cielo es un gran error.
A
sus discípulos (tú y yo): “Si vuestra justicia no es mayor que la de
los escribas y fariseos, no entrareis en el Reino de los cielos”. (Mt.
5, 20-26).
La propia doctrina -interesada-
por encima de la de Dios.
Tal
vez no lo entiendas o te parezca injusto, pero la Gracia de nacer para el
Reino, es más sublime que el hecho de no haber nacido así te quemes en el
infierno -dolor inmenso de Dios y de todos-. No hacer caso y pasar, es una elección
personal.
Tienes
la Guía Perfecta para evitar el fatal desenlace ¡Úsala!
Emma Díez Lobo
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