Es el momento de apoyarnos en la Palabra que nos dice que fijemos nuestros ojos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe. (Hb 11,1-2) Ejemplo de este caminar sobre una cuerda floja, pero con los ojos fijos en Jesús lo tenemos en Pedro caminando sobre las aguas. (Mt 14,22-33).
Los Apóstoles están a merced de una fortísima tormenta en una pobre barca y en esto oyen la voz de Jesús que les dice:
¡No temáis, soy
yo! Pedro reta a Jesús: ¡Si realmente eres tú y tu Palabra se cumple en mí, mándame
ir a ti sobre las aguas...! ¡Ven! le dijo Jesús. Pedro fijando sus ojos en
Jesús empezó a caminar sobre el agua, pero cuando desvió su mirada de Él por
fijarse en la fuerza del viento comenzó a hundirse y gritó: ¡Señor, sálvame!
Jesús tendiéndole la mano le dijo: ¿Por qué dudaste? Pedro dudó de Jesús porque
desvió su mirada de Él.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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